Hacer una pasantía en la iglesia local, Roca Viva en Costa Rica, ha sido una de las experiencias más enriquecedoras de mi vida. Me permitió ver de cerca cómo funciona el ministerio y descubrir hechos que Dios me ha dado para servir. Aprendí a trabajar en equipo, a servir con humildad y a dependiente más del Señor. Más que solo realizar tareas, fue un proceso donde Dios moldeó mi carácter y fortaleció mi fe.
Además, esta experiencia me ayudó a conectar más con mi iglesia y con las personas que la conforman. Compartir con líderes y hermanos en la fe me permitió crecer espiritualmente y comprender mejor la importancia del discipulado y el servicio. También ha sido una bendición para mi esposa e hijos, ya que juntos aprendimos a vivir nuestra fe de una manera más práctica y comprometida con la obra del Señor.
Por último, la pasantía me hizo crecer no solo en conocimiento, sino en pasión por el ministerio. No se trató solo de aprender a hacer cosas, sino de ser transformado en el proceso. Cada oportunidad de servir fue una lección de fe, paciencia y amor. Ahora tengo una visión más clara de mi propósito en el Reino de Dios y un mayor deseo de seguir sirviendo con mi familia.
Por, Arturo Martínez.
