El individuo aprende a liderarse a sí mismo con disciplina espiritual, creciendo en su habilidad para glorificar a Dios con su vida y recursos.
El individuo aprende a trabajar colaborando con otros en el ministerio de la iglesia local, creciendo en su capacidad de influir en otros para la gloria de Dios.
El individuo aprende a dirigir a otros en el ministerio y crecer en su capacidad de mover a otros al liderazgo de la iglesia local para la gloria de Dios.